
Como habían anticipado en una reunión de emergencia antes de que se conozca la resolución del Tribunal Internacional, tanto Cristina Kirchner como Mujica aceptaron el fallo y tomaron esa decisión como el final del conflicto. “Situaciones como las que se vivieron, nunca más”, pidió la jefa de Estado, y destacó la necesidad de, a partir de este punto, “reencausar la relación bilateral”.
“Los hombres aprendemos mucho más del dolor que de la bonanza. Vamos a respetar el fallo por la experiencia que significó para ambos países el dolor de ambas márgenes del río”, siguió Mujica tras el discurso presidencial en Olivos, donde ofrecieron una conferencia de prensa en la que no se permitieron preguntas de la prensa.
Pero detrás de lo dicho está todo lo no dicho. En esa sombra se ubican los ambientalistas. Ni Fernández ni Mujica hicieron mención a la situación de la Asamblea de Gualeguaychú, la que se reactivó con todo tras la sentencia. Tampoco hubo anuncios concretos, más allá de la reactivación de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), un ente binacional hasta aquí dormido.
Fernández no se olvidó, igualmente, de que el fallo de La Haya advertía sobre el incumplimiento uruguayo del Tratado del Río Uruguay. “La experiencia que hemos vivido, el conflicto, es lo que debe llevarnos a manifestarnos con la vocación de respeto a los tratados, porque es la única manera de evitar conflictos”, apuntó.
En ese sentido, aclaró que “el ámbito apropiado para las tareas de administración” en la cuenca es la CARU, a la que se le dará mandato para “vigilar, como pedía el fallo, el impacto ambiental que pueda tener Botnia”.
Por último, adelantó que la próxima cumbre será en Anchorena, Uruguay, en la que espera “reconstruir una agenda bilateral” como las que se llevan con “Brasil, Venezuela y Chile”, en declaraciones que reprodujo Crítica Digital.
Mujica, a su turno, dijo que el acatamiento del fallo “es hijo del interés más profundo”" de ambas sociedades y agregó, en su habitual tono arrabalero: “Nos sale mucho más barato tener reglas del juego bien claritas. Resucitar un organismo (la CARU), dotarlo de nuevos elementos desde el punto de vista técnico y que pueda cumplir con cabalidad la tarea de vigilancia es parte, sólo una parte, de un problema contemporáneo que lo van a tener todas las sociedades y todos los ríos de la Tierra”.
El ex tupamaro consideró que no es “la confianza entre ambos” mandatarios lo que se necesita el conflicto sino que “la sociedad palpite la confianza suficiente en datos que debe aportar la ciencia”. Finalmente, confió: 3Mi pequeño país no se hace viable cuando está mal con la Argentina, cuando tiene un invitado de piedra en la boca del río”. Por eso, abogó por “construir una amistad beneficiosa”.
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