miércoles, 20 de enero de 2010

El senador provincial por el departamento Uruguay, Carlos Schepens, defendió la distribución actual de los Fondos Especiales de Salto Grande argumentando razones técnicas y políticas para el sostenimiento del sistema que administra Cafesg.

“Hay que tener mucho cuidado a la hora de proponer cuestiones tan importantes como las que se están debatiendo respecto de Cafesg, porque si no ha cumplido con alguno de los propósitos para los que fue creada, habrá que corregir lo que sea necesario para que esta comisión siga aportando para subsanar los daños causados por la represa, de lo contrario parece que algunos están intentando avanzar sobre la caja de Cafesg, sin argumentos y utilizando solamente discursos para la tribuna”.

El senador también afirmó que “es comprensible la actitud de otros legisladores que nada tienen que ver con la represa, porque todos quieren más plata para sus territorios, pero eso no se puede hacer desvirtuando la misión de Cafesg”

Remarcó también que “hay que recordar que todos los perjuicios a los departamentos entrerrianos afectados, redundaron en un beneficio general para el resto de la provincia y el país, que se vieron beneficiados con el aporte de energía hidráulica barata al Sistema Interconectado Nacional”.

Entre las argumentaciones expuestas por Schepens, destaca que “hubo departamentos que se vieron afectados seriamente en su calidad de vida a partir de la colocación de una barrera antinatural, que atravesó mortalmente el río Uruguay a la altura del Salto Grande y éste nunca más corrió sobre su lecho de arena y piedra, un filtro natural que se perdió para siempre dejando lugar al barro, y que afectó seriamente la calidad de las aguas del río”.

El senador recordó que “estamos hablando de más de 30 años de daños a la calidad del agua, fuente de vida y desarrollo de todos los departamentos de la región, y si bien la represa se puede jactar de aplanar las crecientes, no es menos cierto que la cantidad de evacuación de agua se maneja de acuerdo a las necesidades energéticas nacionales, modificando seriamente las corrientes y el comportamiento de la naturaleza, con todo lo que ello implica sobre la vida en el río que involucra la habitabilidad, la pesca, el turismo, y la navegabilidad, entre otras tantas cosas”.

Señaló de igual manera que existe además el impacto económico “irreparable” de no haber construido nunca las esclusas de navegación. “Un Río de 1.770 Kms. de extensión, quedó reducido a una mínima expresión de alrededor de 200 Kms navegables, lo que impide un proyecto serio de conexión fluvial entre Brasil, Uruguay y Argentina que permita torcer la ecuación a favor del transporte marítimo”.

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